A todos los viajeros les atraen las playas desiertas. Las de arena blanca, palmeras en la orilla y un mar a 36 grados centígrados. Pero no suele ser fácil encontrarlas. Hay que buscar mucho y llevarse varias decepciones hasta encontrar una. Y hoy os traigo una de esas playas que todo el mundo anhela. Situémonos: Mar Caribe, norte de Venezuela. Lejos de cualquier ciudad, penetras en la selva, en los manglares y tras un rato de navegación llegas a una isla de arena con algo de vegetación en su interior y hermosas aves de color rojo y cangrejos amarillos corriendo de costado por la playa. Bienvenido, has llegado a Cayo Sombrero, el primo hermano del paraíso.
Playa en Cayo Sombrero, Venezuela
Venezuela es naturaleza. Naturaleza extrema en estado puro. Por todo el país. Es asombroso. Tienen grandes sabanas, selvas, cataratas, Tepuis y, como no, playas espectaculares. Y el turismo no las ha devorado.
Seguramente porque la peligrosidad del país, o de sus ciudades, hace que el turismo sea muy escaso, pero quien se atreve a adentrarse en su mundo natural se lleva un regalo que posiblemente no encontrará en ningún otro rincón del mundo.
Hoy nos acercamos hasta Morrocoy. Un parque natural al norte del país, casi frente a la isla de Curaçao, donde la vida ha seguido su curso sin la presencia del hombre. La selva avanzó por la tierra y se metió en el mar. Se formaron manglares y pequeñas islas, la mayoría de arena. Una arena blanca y fina donde con el paso de miles de años fue surgiendo también la naturaleza. Y no tuvo contendientes. Así que ganó la batalla. Si es que alguna vez la hubo.
Mar y selva se finden en la arena
A esas islas o cayos, que es como se denominan los islotes rasos y arenosos comunes en las Antillas y el Golfo de México, la única forma de acceder es en botes privados que bien puedan encallar en la orilla o fondear a escasos metros de ésta y bajarse con el agua a la cintura. Una vez en ellos todo lo que hay es arena, agua cristalina, pájaros de colores, cangrejos que van de un lado a otro, palmeras y un hermoso mundo submarino de peces y coral para quien desee sumergirse bajo un agua tibia, casi caliente.
Por todo esto Cayo Sombrero es uno de esos lugares de película, de documental, de esos que solo crees que se ven en la pantalla. Pero ahora ya lo conoces, ya sabes dónde está y decidir si vas para allí o te quedas en la oficina es una decisión que tendrás que tomar por ti misma (en femenino, por que sí, porque son las mujeres quienes mejor toman este tipo de decisiones. Si eres mujer hazlo, si te lo dice tu mujer, hazle caso).
Los cayos venezolanos
Playas paradisiacas en la región de Morrocoy
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